domingo, 27 de marzo de 2016

Vitamina D: la supervitamina


Vitamina D: la supervitamina que más necesita y que menos tiene‏.



Si los responsables del Ministerio de Sanidad llamaran un día a nuestra puerta y nos pidieran nuestra opinión para contribuir a mejorar la salud de la población, tendríamos unas cuantas sugerencias que les regalaríamos gustosamente.

Pero si nos pidieran que eligiéramos un solo consejo, una sola idea, una simple iniciativa que pudieran poner en marcha, también lo tendríamos claro. Y no sólo eso, sino que en Tener S@lud les ofreceríamos una medida sencilla, barata y fácil, que además ayudaría a evitar enfermedades que causan un gran sufrimiento a la población y un enorme coste a las arcas públicas.

Serviría para prevenir enfermedades de los huesos (como la osteoporosis), para regular el sistema inmunológico (y prevenir enfermedades como la gripe), para prevenir numerosos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o la diabetes tipo 1, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, demencia y hasta el estrés y la depresión.
Vamos, que sería el sueño de cualquier responsable político de salud pública.
Esa maravilla capaz de cambiarlo todo se llama vitamina D.
En Tener S@lud somos abanderados de esta vitamina con superpoderes, de este auténtico prodigio que la naturaleza nos ofrece.
Y sin embargo, la realidad es esta: nos falta vitamina D. Y eso que se trata de una vitamina que necesitamos tanto como el agua que bebemos y el aire que respiramos.
Conteste estas tres preguntas antes de seguir leyendo
¿Sabe cuánta vitamina D necesita realmente?
¿Cuándo se ha analizado por última vez su nivel de vitamina D?
¿Está seguro de que no tiene déficit?

Conocer la respuesta a estas preguntas es esencial para su salud.
Asómbrese al leer lo que sigue.                                                                             Las investigaciones científicas no dejan de sacar a la luz nuevos beneficios de la vitamina D.                                                                                                             Los que siguen son algunos de los más destacados y recientes.                           Le sorprenderá no haber leído antes sobre ellos.
Quizá se pregunte cómo es posible que esta información tan importante no haya ocupado titulares de portada. Yo también me lo pregunto.
Un nivel bajo de vitamina D en niños incrementa el riesgo cardiovascular, según una investigación de 2015 de la Universidad Complutense de Madrid. 
Tras analizar la presencia de esta vitamina en una muestra de escolares de distintas ciudades, los investigadores concluyeron que los niños con niveles más bajos presentan niveles más elevados de tensión arterial y triglicéridos séricos (1).

Suplementos de vitamina D evitan que el cáncer de próstata se vuelva más agresivo. 
Un estudio de 2015 llevado a cabo en pacientes con cáncer de próstata de bajo grado a los que se prescribió vitamina D muestra que, en el 55% de los casos, experimentaron disminuciones en la escala de Gleason o incluso la desaparición del tumor. 
El estudio pone de manifiesto que la ingesta de suplementos de vitamina D podría retrasar o incluso revertir la progresión de estos tumores sin necesidad de cirugía o radiación.
Se confirma la relación entre la falta de vitamina D y el riesgo de demencia. Según un estudio internacional publicado en Neurology, los adultos que presentan un déficit moderado de vitamina D presentan un 53% más de probabilidad de desarrollar demencia de cualquier tipo, y el porcentaje asciende al 125% en el caso de déficit muy acusado (2).
Un estudio publicado en The Lancet diabetes and endocrinology ha demostrado de forma concluyente la relación causal que existe entre el déficit de vitamina D y la hipertensión. 
Los investigadores sugieren que la suplementación con vitamina D podría ser eficaz en la lucha contra algunos casos de hipertensión. 
Hasta ahora los resultados de análisis de observación apuntaban a una estrecha vinculación entre un déficit de vitamina D y la hipertensión, pero no había pruebas consistentes; ahora este estudio ha demostrado la relación causa-efecto entre ambos. (3)

¿Asombrado? ¿Quiere leer más evidencias de lo que es capaz de hacer la vitamina D? Allá vamos. Empecemos con un estudio publicado hace sólo unos días:

Un nuevo estudio ha sacado a la luz la relación entre un índice bajo de vitamina D y el virus del papiloma humano (HPV) en las mujeres. Los investigadores partían de la numerosa evidencia científica respecto a que contar con suficiente vitamina D mejora la protección contra varias enfermedades infecciosas; sin embargo, su asociación con el virus del papiloma humano no había sido estudiada. Así, y tras estudiar un total de 2.353 mujeres sexualmente activas teniendo en cuenta los resultados de las pruebas respecto a infección por VPH cervicovaginal y el estado de vitamina D llegaron a una tajante conclusión: la prevalencia de infección por VPH se asocia a niveles bajos de vitamina D. (4)

Y un par de investigaciones más para acabar de completar el panorama:

Se ha demostrado que altas dosis de vitamina D ayudan a pacientes con tuberculosis a recuperarse con más rapidez. El estudio, publicado en PNAS y dirigido por investigadores de la Universidad de Londres, revela que las dosis altas de vitamina D, además del tratamiento antituberculoso, ayudan a los pacientes en su respuesta inmune ante la enfermedad infecciosa, suavizando la respuesta inflamatoria del cuerpo. (5)

Otro estudio publicado en diciembre de 2015 en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, asegura que tomar vitamina D beneficia a las personas con esclerosis múltiple. Los científicos concluyeron en la necesidad de que los niveles de vitamina D de estos pacientes estén por encima de 50 ng/ml para, de ese modo, reducir la actividad de la enfermedad. Por el contrario, los bajos niveles de vitamina D en la sangre estarían vinculados a un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Ademas, las personas que tienen esclerosis múltiple y bajos niveles de vitamina D son más propensas a sufrir mayor discapacidad y más actividad de la enfermedad. (6)

Nos falta vitamina DY éstos son sólo los resultados de los últimos informes que los investigadores han realizado, publicados hace apenas unos meses o incluso sólo unas semanas. Por no hablar de la utilidad ya sobradamente demostrada de esta supervitamina para protegernos de la gripe, prevenir las fracturas de la osteoporosis, diabetes, párkinson, depresión o reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, entre otros. (7) (8) (9) (10) (11) (12)

Y mientras tanto, nosotros seguimos enfrentándonos a esta triste realidad: nos falta vitamina D y nadie parece hacer nada para remediarlo.

Cómo se sintetiza la vitamina D
Cada vez que el sol está en lo alto y que sus rayos acarician nuestra piel, sin saberlo estamos fabricando vitamina D. 
Quizá por eso, al ser España un país bañado por el sol, nadie prestó demasiada atención a cuál sería el nivel de vitamina D de la población, dando por hecho que nunca nos faltaría.

Y ahora viene la sorpresa: los últimos estudios aseguran que el déficit de vitamina D entre la población española, como también ocurre en otros países europeos, es alarmante, hasta el punto de que tiene dimensiones de pandemia. Por poner un ejemplo, el 80% de los adolescentes españoles (que están en una edad crítica para su crecimiento y salud) tendrían déficit.

¿Y cómo hemos llegado a este punto?

¿No le parece un disparate, una negligencia de enormes dimensiones, estar privando a su cuerpo de esta supervitamina?

La lección es muy clara: conviene tener suficiente, tanto en invierno como en verano. 
De ello depende en gran parte nuestra salud.

¿Y cuánto es “suficiente”?
Ahora viene la segunda sorpresa. Del mismo modo que hace dos décadas las autoridades sanitarias se equivocaron al considerar que un adulto necesita, como máximo, unas 200 UI (5 µg) de vitamina D al día, hoy también se equivocan en las dosis que aconsejan, que no son mucho mayores.

Y es que 200 UI al día es el aporte nutricional recomendado (CDR –cantidad diaria recomendada-) en Europa, y el que consta en la información nutricional que aparece en la etiqueta de los alimentos, redactada según la legislación vigente a nivel de la Unión Europea.

En Estados Unidos las cosas están algo mejor. En el año 2011, por ejemplo, el IOE (el que era elInstitute of Medicine de Estados Unidos, que acaba de cambiar su nombre a HMD –National Academies of Sciences, Engineering and Medicine-) ya actualizó su recomendación respecto a la CDR de vitamina D (es decir, la dosis mínima que se debe consumir) y lo estableció en 600 UI/día para edades comprendidas entre 1 y 70 años, incluyendo durante el embarazo y la lactancia.

Pues bien, 200 UI es una cantidad simplemente ridícula, pero es que 600 sigue siendo baja.
Las autoridades europeas comienzan a prestar atención al asunto. De hecho, y ante lo que han calificado de datos “alarmantes” en sus niveles en la población, la Unión Europea ha emprendido el proyecto de investigación ODIN, liderado por la universidad irlandesa de Cork y en el que participan también científicos españoles de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus objetivos son claros: medir exhaustivamente el déficit de vitamina D en Europa por grupos de población, implementar una estrategia de salud pública eficaz para prevenirla y revisar las recomendaciones actuales de ingesta.

Sus resultados tardarán en llegar, pero hoy le traigo un avance. Y es que acaban de hacer público hace pocos días un informe preliminar con sus primeras conclusiones. (13)

Agárrese a la silla para leerlas:

Se lo pongo en el idioma original en el que lo han escrito los investigadores para que no haya riesgo de malinterpretar sus palabras:

“The present work within the ODIN project (…) provide the first firm evidence that vitamin D deficiency is widespread across Europe and at prevalence rates that are indicative of a serious public health problem underlying not only risk of metabolic bone diseases but potentially other health outcomes as well”.
Como ve, los investigadores son contundentes en sus primeras conclusiones:

“El presente trabajo dentro del proyecto ODIN (...) proporcionan la primera evidencia firme de que el déficit de vitamina D está generalizado en toda Europa y en unas tasas de prevalencia que indican que se trata de un problema grave de salud pública en el que subyace no sólo el riesgo de enfermedades óseas metabólicas, sino también de otros problemas potenciales de salud”.
Y ahora déjeme que vuelva a plantearle las tres preguntas con las que arrancamos este texto:
¿Sabe cuánta vitamina D necesita realmente?
¿Cuándo se ha analizado por última vez su nivel de vitamina D?
¿Está seguro de que no tiene déficit?
Los beneficios de la vitamina D son incalculables, como también lo son los perjuicios que acarrea su carencia. 
Por eso, si tiene déficit, corregirlo puede aportarle beneficios extraordinarios a su salud. Y hay muchas probabilidades de que tenga déficit, no le quepa duda.

Thierry Souccar, como sabe, es el autor de Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar. Y es la persona que más sabe de vitamina D. 
No en vano, allá por 1990, cuando apenas se prestaba la mínima atención a esta vitamina, él ya alertaba de su déficit generalizado y sus potenciales beneficios en la salud.

Por eso hemos pensado que un Informe Especial sobre vitamina D es el mejor regalo que podemos hacerle por la suscripción a Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar. Lo tenemos listo para enviárselo y que así usted empiece a tomar desde hoy mismo cartas en el asunto.

Esto es lo que va a encontrar en el Informe Especial “Vitamina D: increíbles beneficios para su salud”:

Por qué debe medirse hoy mismo el nivel de vitamina D y qué debe pedir exactamente a su médico que le analice.

Cómo interpretar los resultados del análisis que reciba.

A qué hora debe tomar en sol, cuánto tiempo exactamente y de qué forma para sintetizar la vitamina D adecuadamente y sin poner en riesgo su piel.

El color de su piel, cómo se desplaza habitualmente, el tipo de trabajo que desempeña y otros factores que pueden hacerle especialmente vulnerable al riesgo de sufrir un déficit.

Cuáles son los alimentos que le aportan vitamina D y qué puede esperar realmente de la dieta para llenar sus reservas.

Suplementos de vitamina D: ni todos son iguales, ni lo es su formulación, ni las UI que incluyen, ni su posología. 
Sepa cuál es cuál, qué suplemento le interesa exactamente a usted y cómo tomarlo para obtener los máximos beneficios.

¡Y mucho más!

Hágame caso. La vitamina D es más que una simple vitamina. Y este Informe Especial le va a enseñar todo lo que puede hacer por su salud y cómo maximizar sus beneficios.

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Conviértase usted también en abanderado de la vitamina D.

¡A su salud!

El Equipo de Tener S@lud.

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Fuentes

“Vitamina D sérica y factores de riesgo metabólico en un grupo de escolares españoles” Alexia De Piero Belmonte , Elena Rodríguez-Rodríguez, Liliana Guadalupe González-Rodríguez, Rosa María Ortega Anta y Ana María López-Sobaler. Departamento de Nutrición, Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de Madrid, Ciudad Universitaria. Madrid. Nutrición Hospitalaria. 2015;31(3):1154-1162 ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ


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