Salud...
Científicos descubren...
Científicos descubren una hormona que ayuda a quemar la grasa del cuerpo.Por Valeria Román.
Fuente: Clarín.
Se genera al hacer ejercicios. Dicen que el hallazgo es clave para producir un fármaco contra la obesidad.
La Caminata.
Ayuda a combatir la obesidad,
el sobrepeso y mantiene
Sanos los vasos sanguíneos.
Se sabe que bastan 30 minutos de actividad física de intensidad moderada 5 días por semana, para mantener y mejor la salud de los adultos y controlar el peso.
Pero hasta ahora se conocía parcialmente qué pasa en el interior del organismo para que se alcancen esos beneficios.
Investigadores de Estados Unidos, Italia y Dinamarca encontraron una respuesta: descubrieron una hormona que hace que el
cuerpo queme las grasas.
Un hallazgo, difundido esta semana por la revista británica Nature , con grandes posibilidades de conducir a un fármaco para tratar a personas con obesidad, diabetes tipo 2, y –quizá– otros desórdenes.
Los científicos, liderados por Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, que está afiliado a la Universidad Harvard de los Estados Unidos, le pusieron nombre a la hormona: “Irisina”, en honor a la diosa griega Iris, que en La Illíada de Homero se la describe como “mensajera de los dioses”.
La hormona es la mensajera de trasladar los
beneficios de la actividad física al organismo.
“Había una sensación de que el ejercicio le
hablaba a varios tejidos en el cuerpo”, contó
Spiegelman, profesor de biología celular, en el
comunicado de la universidad estadounidense.
“Pero la pregunta era: cómo lo hacía?”.
Su equipo encontró que la hormona Irisina tiene
efectos directos sobre el tejido graso o grasa
blanca, que almacena el exceso de calorías y
contribuye a la obesidad.
“Había una sensación de que el ejercicio le
hablaba a varios tejidos en el cuerpo”,
contó Spiegelman, profesor de biología celular,
en el comunicado de la universidad estadounidense.
“Pero la pregunta era: cómo lo hacía?”.
Su equipo encontró que la hormona Irisina tiene
efectos directos sobre el tejido graso o grasa blanca,
que almacena el exceso de calorías y contribuye a la
obesidad, lo detectaron a través de una
experimentación en ratones. Los niveles de la hormona
se elevan por la actividad física (o cuando se la
inyectaron en los ratones).
Esto gatilla la conversión de la grasa blanca en grasa
parda, que es la que puede quemar el exceso de
calorías. Lo demostraron al inyectar pequeñas
cantidades de la hormona en ratones sedentarios que
eran obesos y pre-diabéticos.
Con 10 días de tratamiento, consiguieron un mejor
control de la glucemia y perdieron un poco de peso.
Aunque saben que falta más investigación,
Spiegelman, ya consiguió 34 millones de dólares y
abrió su propia empresa para ponerse a desarrollar
una droga .
¿Es tan importante el hallazgo?
le preguntó Clarín,
al investigador en biología molecular del Conicet y
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA, Marcelo Rubinstein.
“Es un hallazgo interesante:
descubrieron una hormona y su mecanismo de acción
para hacer que el organismo pierda peso y controle la
glucemia.
Reivindican también el valor de la investigación
básica: porque hay un potencial terapéutico para
tratar enfermedades”.
En cambio, Jorge Navarro,
presidente de la Sociedad Argentina de Lucha
contra el Sedentarismo, opinó:
“Puede ser que el hallazgo conduzca a un fármaco,
pero se seguirá dentro de un paradigma equivocado:
en lugar de medicalizar todo, habría que
impulsar la educación para la salud, con más
regulación a la industria alimentaria y más promoción
de la actividad física en todas las edades”.
La hormona es la mensajera de trasladar los
beneficios de la actividad física al organismo.
“Había una sensación de que el ejercicio le
hablaba a varios tejidos en el cuerpo”, contó
Spiegelman, profesor de biología celular, en el
comunicado de la universidad estadounidense.
“Pero la pregunta era: cómo lo hacía?”.
Su equipo encontró que la hormona Irisina tiene
efectos directos sobre el tejido graso o grasa
blanca, que almacena el exceso de calorías y
contribuye a la obesidad.
“Había una sensación de que el ejercicio le
hablaba a varios tejidos en el cuerpo”,
contó Spiegelman, profesor de biología celular,
en el comunicado de la universidad estadounidense.
“Pero la pregunta era: cómo lo hacía?”.
Su equipo encontró que la hormona Irisina tiene
efectos directos sobre el tejido graso o grasa blanca,
que almacena el exceso de calorías y contribuye a la
obesidad, lo detectaron a través de una
experimentación en ratones. Los niveles de la hormona
se elevan por la actividad física (o cuando se la
inyectaron en los ratones).
Esto gatilla la conversión de la grasa blanca en grasa
parda, que es la que puede quemar el exceso de
calorías. Lo demostraron al inyectar pequeñas
cantidades de la hormona en ratones sedentarios que
eran obesos y pre-diabéticos.
Con 10 días de tratamiento, consiguieron un mejor
control de la glucemia y perdieron un poco de peso.
Aunque saben que falta más investigación,
Spiegelman, ya consiguió 34 millones de dólares y
abrió su propia empresa para ponerse a desarrollar
una droga .
¿Es tan importante el hallazgo?
le preguntó Clarín,
al investigador en biología molecular del Conicet y
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA, Marcelo Rubinstein.
“Es un hallazgo interesante:
descubrieron una hormona y su mecanismo de acción
para hacer que el organismo pierda peso y controle la
glucemia.
Reivindican también el valor de la investigación
básica: porque hay un potencial terapéutico para
tratar enfermedades”.
En cambio, Jorge Navarro,
presidente de la Sociedad Argentina de Lucha
contra el Sedentarismo, opinó:
“Puede ser que el hallazgo conduzca a un fármaco,
pero se seguirá dentro de un paradigma equivocado:
en lugar de medicalizar todo, habría que
impulsar la educación para la salud, con más
regulación a la industria alimentaria y más promoción
de la actividad física en todas las edades”.