domingo, 11 de diciembre de 2011

vivir sin estrés"


"Se puede vivir sin
 estrés".

por Adrián Hernandez .

Se cree comúnmente que el estrés es creado por el exceso de trabajo, por el ruido en las grandes urbes, por los problemas familiares y que las personas aparecen como víctimas de este estilo de vida. Si bien son externas las causas que inducen un estado de estrés, es cierto que este es “subjetivo”, “todo depende de cómo percibimos” esas motivaciones externas.
El estrés surge como “reacción” frente a la “percepción” que uno elabora de las situaciones de la vida. Uno puede reaccionar frente a la percepción de “una amenaza o un peligro externo” y ante la percepción de que “no somos capaces de enfrentarlo y de solucionarlo”.
¿Se puede salir del estrés? 
En realidad, sí. 
Saúl Polisky, autor de El arte de vivir sin estrés, publicado por San Pablo, explica que el estrés “no es una enfermedad”, “es un síntoma” de que algo no está bien dentro de uno.
El riesgo de vivir con estrés no es solo que puede “enfermar”, sino que también puede ocasionar la muerte de la persona. 
Como cardiólogo y especialista en estrés, Saúl Polisky fabricó “un maletín de primeros auxilios” con tres interrogantes para ayudar a pacientes y lectores a destrabar el estrés derivado de la percepción, a veces dramática, de los problemas:
—¿Lo que estoy pensando o está ocurriendo es importante o es trivial? La mayor parte de las veces es irrelevante, aunque a veces no lo es. Si se concluye en que es irrelevante, se desactiva el proceso del estrés.
—Si es importante, se aplica la segunda pregunta: “¿Existe una solución, tenemos una solución?”. Cuando descubrimos que existe esa solución también se desactiva el proceso del estrés. “Cuando no encontramos solución”, hay que aceptar que “la vida es agridulce” y que “ciertas cosas externas no las podemos modificar y debemos adaptarnos a ellas”.
—Una vez que llegamos a esta situación, se emplea la tercera pregunta: “¿vale el costo de mi salud?”. En la mayoría de los casos, la gente dice “que no vale la pena el costo de la salud”.
Como primer síntoma, el proceso del estrés se manifiesta en la contractura muscular porque en el cuerpo se activa instintivamente el “reflejo de la lucha o de huida”, cuando la persona siente que algún problema amenaza su seguridad.
Al prepararse el cuerpo para la acción, los músculos se ponen tensos, aumenta la presión arterial y la viscosidad de la sangre del corazón, y la respiración se vuelve más rápida. Si se “lucha” o se huye del peligro, el cuerpo tiende a normalizar su funcionamiento.
Aunque este comportamiento ancestral funciona actualmente, no suele suceder que, después de situaciones amenazantes, se originen acciones que tornen el cuerpo a un estado de normalidad. Por lo tanto, este sigue en estado de alerta, y persisten los músculos tensos −contracturas−, “la presión arterial continúa alta”, la viscosidad de la sangre permanece. Esto puede formar coágulos en el interior de los vasos sanguíneos (trombosis). Cuando una persona llegó a este estado, se considera que el estrés ocasionó otra enfermedad.